Un artículo de The Wall Street Journal destaca investigaciones que
demuestran los beneficios académicos, emocionales y profesionales, de los niños
que asumen responsabilidades domésticas en sus casas. El artículo muestra la
realidad actual en la que muchos padres le damos toda la importancia a los resultados
académicos, deportivos, artísticos entre otros, y con estos objetivos como
prioridad, no permitimos que nuestros hijos realicen labores comunitarias en el
hogar, evitando los procesos formativos que trae el asumir, conjunto con las
tareas escolares, responsabilidades en casa. ¿Cómo y por qué lograr esto?
Cuide su lenguaje: Manifiéstele que es de gran ayuda y no se quede en agradecerle por la ayuda, El estudio determinó que lo que motivaba a los niños, era la idea de crear una identidad positiva, el ser reconocidos como alguien que ayuda.
Planifique los horarios: Marque las tareas en el calendario junto con la lección de piano y la práctica de fútbol. Esto indica consistencia de propósitos.
Hacerlas Jugando: Que sea progresivo, asumiendo niveles de dificultad mayor con la experiencia.
No pague por las tareas domésticas: Diversas investigaciones sugieren que los reconocimientos externos pueden en realidad afectar la motivación y el desempeño. El pago de dinero a cambio de hacer las tareas del hogar convierte un acto altruista en una transacción comercial, y disminuye así la motivación para ayudar.
Discriminar bien el tipo de tarea: Para desarrollar conductas pro-sociales como la empatía, las tareas deben ser constituir una rutina y no estar focalizadas en el auto-cuidado (limpiar el propio cuarto o lavarse bien los dientes), sino en el cuidado de la familia (barrer la casa o lavar los platos de todos).
Vincule a sus hijos: En lugar de decir haz tus tareas, diga hagamos nuestras tareas.
Dele una buena publicidad: No relacione las tareas de la casa con el castigo.
Cuide su lenguaje: Manifiéstele que es de gran ayuda y no se quede en agradecerle por la ayuda, El estudio determinó que lo que motivaba a los niños, era la idea de crear una identidad positiva, el ser reconocidos como alguien que ayuda.
Planifique los horarios: Marque las tareas en el calendario junto con la lección de piano y la práctica de fútbol. Esto indica consistencia de propósitos.
Hacerlas Jugando: Que sea progresivo, asumiendo niveles de dificultad mayor con la experiencia.
No pague por las tareas domésticas: Diversas investigaciones sugieren que los reconocimientos externos pueden en realidad afectar la motivación y el desempeño. El pago de dinero a cambio de hacer las tareas del hogar convierte un acto altruista en una transacción comercial, y disminuye así la motivación para ayudar.
Discriminar bien el tipo de tarea: Para desarrollar conductas pro-sociales como la empatía, las tareas deben ser constituir una rutina y no estar focalizadas en el auto-cuidado (limpiar el propio cuarto o lavarse bien los dientes), sino en el cuidado de la familia (barrer la casa o lavar los platos de todos).
Vincule a sus hijos: En lugar de decir haz tus tareas, diga hagamos nuestras tareas.
Dele una buena publicidad: No relacione las tareas de la casa con el castigo.
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