El pasado 3 de marzo El Espectador publicó un artículo titulado:
“Expertos advierten sobre el aislamiento que puede provocar la tecnología en
los niños”. En éste se manifiesta que el uso intensivo de la tecnología en los
niños, puede alterar la forma de su comunicación. Considero que para evidenciar
esta frase, no hace falta investigar a profundidad, ya que es suficiente ver
los procesos de interacción de los adolescentes de hoy, que han tenido un
manejo intensivo de la tecnología en su infancia, para determinar que no se
comunican tan fácilmente, que a muchos les cuesta decir las cosas de manera
personal, ya que se les facilita hacerlo por medio de sus redes sociales.
Lo que si representa novedad en la intervención de Janice Richardson, asesora
de European Schoolnet y cofundadora de Insafe, una red europea que promueve la seguridad y el uso responsable de Internet y los móviles,
durante una mesa redonda sobre ciberacoso organizada por Kaspersky Lab en el
Congreso Mundial de Móviles, que se celebra en Barcelona (España), es que los
niños y jóvenes de hoy, son consumidores de contenidos digitales, más que
creadores de los mismos, lo que implica la progresiva pérdida de creatividad y
construcción de ideas. Por otro lado, existe el riesgo de que el uso excesivo
de los medio tecnológicos, genere falta de concentración.
Sin el ánimo
de satanizar la tecnología, porque ya conocemos las grandes ventajas que tiene,
es fundamental, como en muchos aspectos de la formación humana, la regulación.
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